El postoperatorio de una laparoscopia es muy llevadero, soliendo limitarse a molestias en las pequeñas incisiones abdominales y, en ocasiones, un leve dolor reflejo en el hombro derecho por la irritación que puede producir el gas residual sobre el diafragma y que desaparece sin necesidad de tratamiento en uno o dos días. Pero no se trata de una técnica inocua como la ecografía, la histerosalpingografía o la histeroscopia. Las complicaciones graves son extraordinariamente raras, pero en ocasiones debido a una complicación menor como la punción accidental de un asa intestinal, un excesivo sangrado o la dificultad de visualizar correctamente los órganos pélvicos puede obligar a una laparotomía para corregir la complicación o completar la intervención prevista. Por ello, no suele incluirse como prueba rutinaria en un estudio básico de esterilidad, sino que suele indicarse sólo cuando existe sospecha de algún problema que precisa de la laparoscopia para su confirmación o su corrección.
Sin embargo sólo la laparoscopia permite diagnosticar o descartar con certeza una serie de problemas relacionados con la esterilidad, especialmente la endometriosis y las adherencias.
Con la cámara de alta definición que introducimos en el abdomen podemos ver directamente, muy de cerca y con una gran ampliación la superficie del útero, las trompas y los ovarios, así como el resto de la cavidad abdominal; apéndice, vejiga, hígado, vesícula biliar y especialmente el peritoneo que recubre dicha cavidad donde se asientan los focos de endometriosis.
También podemos realizar lo que llamamos una cromoperturbación tubárica para comprobar la permeabilidad de las trompas como en la histerosalpingografía. En ella aprovechamos un hueco que lleva el movilizador introducido en el útero para infundir por él un líquido azul y ver si atraviesa toda la longitud de las trompas y cae a la cavidad abdominal por el extremo de ambas.
También podemos tomar muestras de tejido en determinadas situaciones que nos permitirán completar el estudio con una anáisis anatomopatológico en el microscopio. Igualmente podemos solventar en el mismo acto quirúrgico muchos de los problemas que nos podamos encontrar como quistes de ovario, adherencias, focos endometriósicos, hidrosálpinx, etc.
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