martes, 30 de noviembre de 2010

¿Cómo se seleccionan los embriones a transferir?

El día de la punción se considera el día D y la vida embrionaria se cuenta a partir de ese momento. El día siguiente al de la punción se le denomina D+1 y así sucesivamente. En estos primeros días de vida embrionaria el ovocito fecundado o zigoto comienza a dividirse y cada célula resultante vuelve a su vez a dividirse en dos, aumentando rápidamente el número de células que componen el embrión. Tras la fecundación en el laboratorio, ya sea por FIV o ICSI, los ovocitos fecundados permanecen bajo una estricta monitorización en unas condiciones ambientales óptimas para su desarrollo.
En D+2, a las 48 horas tras la fecundación, se han producido ya una o dos divisiones celulares, con lo que el embrión se compone ya de dos o cuatro células. Al día siguiente, en D+3, tres o cuatro de estas células han vuelto a dividirse, con lo que el total es de seis u ocho células. Es en estos momentos, D+2 ó D+3, cuando suele realizarse la transferencia embrionaria, seleccionando para ello los mejores embriones de entre los disponibles.
La selección embrionaria se realiza en función de una serie de parámetros morfológicos que han comprobado que se relacionan estadísticamente con las posibilidades de implantación y embarazo. Así, según el aspecto que tienen al microscopio, los embriones se clasifican en grados, siendo el grado 1 el de mejores posibilidades de embarazo y el grado 4 el que peores expectativas presenta, aunque hay numerosas clasificaciones embrionarias, dependiendo de los centros. 
Los que mejor aspecto tengan serán los transferidos y el resto serán congelados o criopreservados para ser transferidos en posteriores ciclos en caso de que la transferencia en fresco de los embriones escogidos no obtenga resultados. Al tratarse de una mera relación estadística, la transferencia de embriones de grado 1 ó 2 no garantiza que tales embriones vayan a implantarse o que no presenten cromosompatías u otras alteraciones, como cualquier otro embrión. Igualmente, cuando transferimos embriones de grado 3 ó 4, aunque las posibilidades de implantación sean menores, esta posibilidad existe y, sobre todo, en caso de darse, el curso del embarazo y el recién nacido serán absolutamente normales, exactamente igual que si el embrión transferido hubiese sido de grado 1.

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