Para conocer la existencia de dicho adenoma se suele recurrir a la resonancia magnética de la silla turca, que así se llama la oquedad del hueso de la base del cráneo donde se aloja la hipófisis o pituitaria. Esta prueba suele suponer mucha ansiedad a la paciente porque no suena nada bien que te pidan una resonancia para buscar un tumor en el cerebro, pero no hay ningún motivo para tal ansiedad. La existencia de pequeños adenomas en la hipófisis es algo muy frecuente. Sobre un 10% de las personas asintomáticas tienen uno y no les supone ningún problema. Son siempre benignos y suelen ser microadenomas, de muy pequeño tamaño, normalmente menores de 100 mm, sin tendencia a crecer. Sólo los macroadenomas, mayores de dicho tamaño, pueden afectar por compresión estructuras vecinas y producir dolres de cabeza continuos o alteraciones de la vista. Sólo en tales casos, y no siempre es necesario, se puede optar por la extirpación quirúrgica del tumor.
Los microadenomas sólo suelen dar problemas cuando producen excesos de alguna hormona, siendo lo más frecuente, en la mitad de los casos, que esta hormona sea la prolactina. Aun así solo en los casos con molestias en los pechos por la producción de leche o en los casos en los que se buesque un embarazo es conveniente realizar un tratamiento farmacológico que normalice los valores de prolactina y reinicie la ovulación. Tanto si se trata farmacológicamente como si no, los primeros años debe realizarse un seguimiento anual de prolactina y resonancia para confirmar que no existe crecimiento del microadenoma, lo que es lo habitual. Una vez conseguido el embarazo suele retirarse la medicación porque el adenoma no suele crecer durante el embarazo y el aumento de prolactina no afecta adversamente al embarazo. De todos modos si se produjese aumento del tamaño del adenoma durante el embarazo puede reinstaurarse el tratamiento que suele ser suficiente para frenar dicho crecimiento y no supone riesgos para el feto. Ni la hiperprolactinemia ni la existencia de un adenoma hipofisario o prolactinoma son tampoco una contraindicación para la lactancia materna.
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