miércoles, 24 de febrero de 2010

¿Por qué hay análisis de hormonas que tengo que hacerlos un día concreto?

Aparte de la progesterona, que hay que medirla en la segunda fase del ciclo, otras hormonas, fundamentales en el estudio de esterilidad, sólo son valorables en situación basal del ovario, es decir, entre el segundo y cuarto día del inicio de la menstruación. Es lo que llamamos un 'perfil hormonal basal' y comprende la determinación de FSH, LH, estradiol y, en ocasiones, Inhibina B.
El control principal de la actividad hormonal de los ovarios (o de los testículos en el hombre) lo lleva una zona muy pequeña y concreta del cerebro, de sólo 4 gramos de peso, llamada hipotálamo, encargado también de muchas otras funciones vitales del organismo, tanto del equilibrio interno del organismo (en aspectos como la sed, el hambre, la regulación de la temperatura o el ritmo cardiaco), como de las emociones, los instintos, la motivación o hasta el humor.
El hipotálamo realiza su control de las hormonas sexuales mediante cambios muy sutiles de los pulsos de producción de una hormona, la GnRH (hormona reguladora de las gonadotropinas). Como su nombre indica, la GnRH controla la producción de gonadotropinas (FSH y LH) por parte de la hipófisis. Esta hipófisis, antes llamada glándula pituitaria, se encuentra bajo el cerebro, muy cerca del hipotálamo, alojada en una oquedad de la base del cráneo llamada silla turca. En respuesta a las órdenes del hiptálamo, la hipófisis sintetiza básicamente dos hormonas o gonadotropinas que pasan a la sangre en busca del ovario o el testículo (de ahí su nombre). 
Una de las gonadotropinas se llama FSH u hormona estimuladora del folículo, pues ese es su principal función a nivel del ovario, lo que dará lugar a la producción y maduración del óvulo dentro del folículo y la producción de estradiol. En el hombre su misión es estimular la producción de espermatozoides y de testosterona pero se le llama igual porque es la misma molécula. 
La otra hormona es la LH u hormona luteinizante y, aunque interviene también, de forma secundaria, en el desarrollo folicular, su principal acción es la desencadenación de la ovulación cuando el hipotálamo considera que el folículo ya está maduro. El estradiol, la progesterona y la Inhibina B producidas en el ovario o la testosterona producida en el testículo serán los principales controles utilizados por el hipotálamo para determinar si tiene que dar a la hipófisis de subir o bajar la producción de FSH o el momento justo de mandar la LH.
En el hombre los niveles de FSH, LH y testosterona, como la producción de espermatozoides, son prácticamente constantes todos los días. En la mujer, sin embargo, los niveles son enormemente variables a lo largo de su ciclo menstrual. Por ello un valor de cualquiera de estas hormonas no nos sirve de nada si no sabemos en qué momento del ciclo ha sido tomado. De hecho, como es sumamente difícil saber en qué momento exacto del ciclo estamos, en el estudio de estas hormonas solemos limitarnos a sus valores basales, es decir, antes de iniciarse el complejo mecanismo hormonal que tiene lugar a lo largo del ciclo menstrual, siendo además cuando menos variaciones hay entre unas mujeres y otras. Por ello sólo nos son útiles los valores de FSH y LH al comienzo del ciclo, entre el segundo y el cuarto día desde el inicio de la menstruación. 
El estradiol además de ayudarnos a matizar la información de las gonadotropinas, nos sirve, sobre todo, para comprobar la idoneidad del momento de la extracción, pues valores altos de estradiol, por encima de 50 pg/ml, sólo pueden encontrarse si se está siguiendo un tratamiento hormonal o si el folículo ya ha empezado a crecer y no estamos, por tanto, en una situación basal. Confirmado ésto, los niveles hormonales nos ayudarán a diagnosticar el buen funcionamiento hormonal o si existe una menopausia precoz, un fallo ovárico oculto, unos ovarios poliquísticos o un hipogonadismo hipogonadotrópico.

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