domingo, 2 de enero de 2011

¿Puede el diagnóstico genético preimplantacional evitar los abortos de repetición?

Una indicación todavía discutida del DGP es el llamado screening o cribado de aneuploidías que plantea descartar en la selección de los embriones a transferir la existencia de algunas de las cromosomopatías más frecuentes, la mayor parte de ellas incompatibles con la vida y causa frecuente de abortos precoces. Por ello se plantean como posibles beneficiarias de esta técnica las parejas con abortos de repetición, la mayor parte de ellos debidos a aneuploidías, o las mujeres mayores de cuarenta años en las que la menor tasa de implantación y embarazo y el mayor riesgo de aborto precoz se debe también a esta causa. De esta forma se evita la transferencia de estos embriones aneuploides. La principal desventaja es que en estos casos lo que buscamos finalmente es aumentar las tasas de embarazo a término y, si bien evitando la transferencia de embriones inviables conseguimos una mejoría, la agresión que supone la biopsia hace que la tasa de implantación de un embrión normal sea menor que la del mismo embrión normal si no se el hubiese realizado el DGP.  Por ello el cribado de aneuploidías será más eficaz cuanto mayor sea el riesgo de aneuploidías en los embriones obtenidos con la FIV y, por lo tanto, más estricto se sea en las indicaciones en cuanto al número de abortos previos o la edad materna.
Las dudas sobre la indicación del DGP como cribado en parejas que de todos modos tendrían que someterse a una FIV para conseguir el embarazo, aumentan enormemente cuando se plantean a parejas con abortos de repetición pero que consiguen embarazo espontáneo sin  problemas.

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